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La “incapacidad moral”

La “incapacidad moral”

Publicado: 2022-04-22


La “incapacidad moral”

por Joan Guimaray; joanguimaray@gmail.com


22-4-2022

Hace poco, los impulsores de la vacancia presidencial no pudieron cesar de su cargo al profesor. Intentaron echarlo del Palacio de Pizarro, y fracasaron. Quisieron defenestrarlo mediante los votos congresales, y no lo lograron.

Y no es que no pudieron vacarlo sólo por simple falta de votos. Se sabe que los votos son únicamente la consecuencia de las convicciones sólidas, el resultado de las ideas categóricas y el reflejo de los conceptos bien expuestos. De modo que, si no lograron la vacancia presidencial no fue tan sólo por un asunto de votos que la ausencia de la lucidez no multiplicó, sino, por la propia y apasionada ceguera con la que insistieron en la vacancia, careciendo de argumentos, adoleciendo de fundamentos y sin tener nociones concluyentes.

Pero, eso no quiere decir que quienes salvaron al presidente expusieron con brillantez, las razones conceptuales, las ideas sólidas y los juicios lúcidos. Tampoco. Lo que ocurre es, que para la desgracia del entrañable país nuestro, en el actual Congreso no están los políticos, ni los demócratas, mucho menos, los republicanos. Salvo honrosas excepciones, quienes lo pueblan no son sino, emprendedores ignaros, profesionales de medianía e iletrados venales con apetitos de negocios y ambiciones de nombradía.

Precisamente por eso, no entienden lo que significa la ‘moral’, ni tienen idea de la dimensión de su alcance en su cabal sentido, puesto que jamás han cultivado con el rigor de la agudeza el tratado ético, aquello que viene a ser la búsqueda del cimiento y la base de la vida moral en general, y que hace entender, que los valores esenciales del orden moral están constituidos por la dignidad personal, la solidaridad, la justicia y el bien.

Por eso, no saben que cuando se trata de la ‘incapacidad moral’ no sólo se habla de la ‘moral’ relacionada con la honradez, sino principalmente, de la ‘moral’ referida en sentido de ‘la salud mental’, ‘el estado de ánimo’ y ‘espíritu de confianza’.

Pues, el término de la ‘incapacidad moral’ no se limita al mero análisis de la honradez o la honestidad presidencial como creen o intuyen con vulgar simpleza, sino más bien, sugiere examinar ‘la incapacidad moral’ del presidente en su significado absoluto, tanto su salud mental como su estado de ánimo y su espíritu de confianza.

Para eso, es necesario saber, que ‘la moral’ en sentido de ‘la salud mental’, está referida a la extravagancia, la perturbación o la demencia. ‘La moral’ en términos de ‘estado de ánimo’ alude a la valentía, la energía, la intención, la voluntad y el esfuerzo. Y, ‘la moral’ en su alcance de ‘espíritu de confianza’, se refiere a la seguridad en sí mismo, al vigor para obrar y la esperanza para hacer o realizar algo.

De modo que, el fracaso de los impulsores de la ‘vacancia’, no fue sino a causa de sus propias nesciencias juntas. Pues, el presidente de la República, pudo y puede ser vacado. Ya que, si se revisa su ‘incapacidad moral’ en términos de ‘salud mental’, es probable que no tenga perturbación o demencia, pero, nadie podrá dudar de que por su irregular y desordenada actuación, es raro y extraño, por tanto, extravagante.

En tanto que, su ‘incapacidad moral’ en sentido de ‘estado de ánimo’, es tan evidente que no sólo carece de valor y de energía hasta para una simple exhortación a sus propios parientes y a la gente de su entorno dedicados a corroer su gobierno, sino además, no tiene ninguna intención ni voluntad de corregir los graves errores de su gestión que afectan al país.

Y por último, su ‘incapacidad moral’ en su acepción de ‘espíritu de confianza’, es tan notoria que no requiere de ningún esfuerzo para darse cuenta de que padece de una grave inseguridad personal, no sólo por su falta de conocimiento y la carencia de ideas propias, sino también, por sus complejos provincianos, sus intrínsecos prejuicios y la dificultad que tiene por aprender. Consecuentemente, no puede obrar con vigor ni hacer algo con esperanza, puesto que no tiene ideales claros, ni alberga convicciones propias nacidas de la cavilación.

De manera que, si no está óptimo en su ‘salud mental’, si su ‘estado de ánimo’ no responde a la altura de su función, y si por absoluto desconocimiento de los asuntos del país, carece de ‘espíritu de confianza’, no cabe duda de que el señor Presidente es perfectamente vacable, ahora más que nunca.


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herbertmujicarojas

¿Será lícito describirse uno mismo? Al servicio y consagración de las causas populares. Nada hay más importante que procurar la victoria de los ideales que pasan por un Perú libre, justo y culto.


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