¡Porvenir nos debe una victoria!
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
11-9-2024
¡Porvenir nos debe una victoria!
Para ese gran día, que al fin llegará porque el porvenir nos debe una victoria……
¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!
Discurso en el Politeama, 29-7-1888, Manuel González Prada
El Mar de Grau, para los 33 millones de peruanos, con y sin uniforme, representa parte de su inabdicable soberanía en la cual hay riqueza ictiológica, minera, petrolera y fuente de trabajo para miles de pescadores a lo largo de nuestro extenso litoral de más de 2700 kms.
La depredación y captura de la pota por naves foráneas existe, como también está presente la proditora desactivación de las alertas que permiten ubicar las embarcaciones intrusas. El ejercicio de defensa de la soberanía no se arredra ante las majaderas concesiones que hacen los que venden a la patria de mil y un formas.
Premisa fundamental, inequívoca, indiscutible, es que todos los peruanos, sin excepción, tengan el deber obligatorio de participar en la forja de la nación, sus destinos presentes y construir el futuro para los próximos años.
Dejar que los así auto llamados “políticos”, “intelectuales”, “estadistas”, “estrategas”, “internacionalistas”, disfruten de un monopolio cada vez más exiguo y anacrónico, constituye más de lo mismo y los resultados mediocres están a la vista.
Las castas, de toda índole, han perpetuado un país pleno en asimetrías e iniquidades, en que un porcentaje ínfimo disfruta de los goces reales y una mayoría de millones está ajena a cualquier progreso o ruta de desarrollo con equidad y justicia social.
Un agudo observador europeo me comentaba su extrañeza del comportamiento pasivo de la sociedad peruana y mencionaba temas: el no funcionamiento de la torre de control y pista II (cuasi flamantes pero inoperativas); Petroperú y la acción depredadora de gavillas que buscan un remate a precio vil, de una empresa que, sólo en activos, tiene algo más de US$ 9 mil millones de dólares que son de propiedad de todos los peruanos; la violencia cotidiana con obligatorios cadáveres diariamente; etc.
Procuré, no justificar –nunca se puede hacer semejante opción- sino explicar: la transformación de los partidos políticos en clubes electorales angurrientos por puestos públicos y cargos de qué mamar de la cansada ubre del Estado; “políticos” cuyos prontuarios llenan páginas innumerables, oligarcas tramposos y sus grupos y mediocres incapaces de plantear salidas de consenso o imaginativas al desorden colectivo actual.
Anoté sobre la impureza de la llamada “democracia” peruana: un sistema electoral que tiene la amenaza que un grupo de taimados y delincuentes pretende robarla. Es un canto retrógado al pasado cuando en el siglo XIX, el civilismo capturaba las mesas electoralos con pisco y butifarra y aseguraba sus votos.
Añadí que los miedos de comunicación han creado seres invidentes, acríticos, idiotizados, a millones cuyo reto consiste en obtener dinero y bienes materiales a como dé lugar. ¡Cuantas más tarjetas de crédito, mejor “acto de presencia”!
Estamos en el pórtico del último tercio del 2024. Y es pertinente preguntarse ¿el porvenir nos debe una victoria?
¡Construir el 2025 involucra a todos los peruanos de buena voluntad! Edificar una patria con identidad y querencias, por encima de banderías y con características muy superiores a cualquier efímero régimen de gobierno, es la tarea.
Los gobiernos pasan, el Estado, la nación, el país, el Perú, queda. Y lo que hacen mal estas administraciones resiente sobre el colectivo y daña su proyecto institucional.
Por tanto, no hay que permitir, con las armas de la ley de los pueblos, que malos regímenes terminen de regalar el patrimonio nacional en nombre de globalizaciones, recetas foráneas o fórmulas mágicas que siempre impulsan minorías adineradas, insolentes y doctrinariamente partidarias de considerar al Perú como mera estación, fonda o chingana desde dónde fabricar fortunas y conseguir recursos naturales con los que enriquecerse abusivamente.
¡Nadie va a regalarnos un proceso de liberación, antes bien, las cadenas financieras, económicas, energéticas e ideológicas, están a la orden del día para justificar sujeciones y esclavitudes con nuevos nombres pero iguales resultados nefastos para las mayorías!
¡Construir el 2025 obliga al ejercicio crítico de la ciudadanía con sus miedos de comunicación, sus políticos y gobernantes, sin excepción! Y en esta práctica, nadie está al margen. Los peruanos tienen que aprender a hacer una nación y que ésta sea madre y no madrastra de sus hijos.
En esta tarea indoblegable, invicta, integérrima, el aporte de cada uno deviene en cuota importantísima. La hora del ciudadano, ha llegado. Y en esta comisión, quien quita el cuerpo a la responsabilidad es un pusilánime. Quien entra a la refriega, es un hijo digno del Perú de los Incas.