Perú, páginas de historia
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
18-12-2024
Historia, madre y maestra, rectora de la experiencia de un pueblo que no puede ni debe olvidarla ¡ni un instante!
Recordemos reflexiones profundas de voces autorizadas:
“..la historia, ministerio grave y civil, examen de conciencia de las épocas y los pueblos, es escuela de seriedad y buen juicio pero también, y esencialmente, estímulo del deber y el heroísmo, ennoblecedora del alma, fuente y raíz de amor patrio….sobre el altar de la patria y bajo su gallarda llama hecha de ruegos y de inmolaciones, de valor y de plegarias, deben existir siempre, como en la ritualidad litúrgica católica, los huesos de los predecesores y las reliquias de los mártires”. José de la Riva Agüero; La historia en el Perú.
“No quiero callar. No quiero callar porque no quiero ser culpable. Sería culpable si me volviera cómplice; si, debiendo denunciar para cautelar un interés superior, me limitara a observar silenciosamente. Pisotearía, con cobardía inexcusable, mi lucidez y mi conciencia: a otros les es lícito guardar silencio; a mí, no.
Para que ésta no se ponga de pie y me acuse debo denunciar que, en negociaciones y acuerdos recientes con el canciller de Chile, acuerdos que no son del dominio público pero que constan en un Acta firmada el 29 de noviembre de 1985 que –sin intervención del Congreso Nacional- nulifican por completo los derechos de soberanía que aún mantiene el Perú en Arica como lo reconocen el Tratado de Lima del 3 de junio de 1929 y su inseparable Protocolo Complementario de la misma fecha.
El titular del ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, infiel a la sangre peruana derramada y al derecho nacional, ha permitido que, cuando menos en dicha Acta que aparece como anexo documental al final de este libro, el Perú sea privado del goce de aquellos augustos e imprescriptibles derechos.” Alfonso Benavides Correa; Una difícil vecindad.
“Luego de un primer centenario desastroso para la República, sobre todo por la amputación artera de una valiosa parte de nuestra heredad nacional como doloroso corolario de una infamante guerra, un Perú extenuado de “desconcertadas gentes”, acometió el siglo XX sin fronteras definidas ni una idea cierta de su futuro como nación.
Leguía no fue el líder irremplazable ni el hombre providencial al que hicieron alusión los incesantes ditirambos de la época, pero sí el gobernante pragmático que inspirado en un ideal de patria, supo dar contenido a la doctrina de la acción. Con él la Nación peruana adquirió contornos definidos, desterrándose para siempre con cuatro de sus cinco vecinos los precarios statu quos.
Tomó pausadamente cuerpo en los hechos el mercado nacional a medida que el tramado vial y la naciente aviación dieron un sentido integrador a las tres regiones. En fin, Lima dejó de ser una ciudad de calles polvorientas sin mayor lustre arquitectónico republicano y los peruanos, mal que bien, se adentraron resueltos en el nuevo siglo, poniéndose a tono con la modernidad”. Félix C. Calderón; El Tratado de 1929. La otra historia.
Taigeto peruano
¿Cuándo aprenderán los peruanos, de los griegos, que no es malo construir su propio Taigeto para arrojar desde sus altas y escarmentadoras cumbres a todos los traidores contra la patria? No se descarta, como veremos a continuación, que embajadores por montones, militares en igual proporción, intelectualoides vendidos, espías rentados y tecnócratas siempre venales, llenen las pendientes en su caída cuesta abajo la rodada.
Pero no hay otra fórmula para que un pueblo purifique su organismo contaminado. La blandura, ese oro y esclavos, aquella alma dormida sin vitamina y anemizada en la pobreza moral de cabeza gacha ¡tiene que terminar!
Es obvio que la tarea está encomendada, casi por completo, a las nuevas generaciones, las actuales están corruptas, viejas, mohosas, retardadas en el envilecimiento integral sufragado por dineros foráneos y compradores de conciencias al peso que pululan en todos los ámbitos de la vida nacional.
Gobierno precario
¿Cómo se gobierna al Perú? La respuesta no admite hesitaciones complicadas. El modus operandi, a la par que cínico, es muy sencillo: imbecilizando a las multitudes, vendiéndole espejitos para deslumbrar su miope discernimiento, llenándole la cabeza de “éxitos” en sus contabilidades primario-exportadoras, premuniéndole de televisión basura que sólo muestra el lado morboso y sangriento de crímenes, violaciones, asesinatos, secuestros desde muy temprano hasta que anochece.
Plagando el imaginario colectivo de “vivezas” de rufianes en la cosa pública y, ciertamente, olvidando que la historia y la memoria colectiva son bastiones ineludibles que vacunan a las sociedades contra los yerros del pasado.
Un discurso reemplaza la vergonzosa realidad de úlceras sociales destilando pus cotidianamente y la fábrica no se cansa de propagar lo que necesitan que se crea y no lo que ocurre.