¡Conservadores sin sentido nacional!
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
29-12-2024
¡Conservadores sin sentido nacional!
¿Qué conserva un conservador en el Perú? se preguntaba reflexivamente Andrés Townsend. Y a continuación ensayaba algunas respuestas: ¿el sistema de injusticia en que pocos, muy pocos, son muy ricos, y muchos, muy muchos, son demasiado pobres?, ¿la tradición entreguista de preferir a los extranjeros antes que educar al pueblo soberano, pero ignaro, en los ideales de nacionalidad, patria y destino común?, ¿el designio del fracaso en que nos hundió una casta dirigente en 1879? o ¿la obsecuencia venal de quienes tienen hoy los resortes del gobierno y regalan el país vía concesiones o privatizaciones?
Los peruanos bamba, aquellos que usan el nombre del Perú para el maquillaje de sus inversiones y riquezas, pero que siguen siendo profundamente anti-cholos porque se sienten distintos por el color de su piel o por la estulticia de considerarse turistas en un país de gente cobriza, desprecian al país que los vio nacer.
No inspiran confianza porque ellos tampoco la merecen. Conocen Sao Paulo, Nueva York, Viena y Moscú, para no hablar de Londres, Bonn o Tokio, pero jamás han pisado con franqueza de peruano de a pie, Ayacucho, Madre de Dios, ni siquiera el Cusco escondido más allá de las ruinas del pasado milenario inca y preínca.
Esos conservadores son los que condujeron la república a negocios rentistas y no siempre muy santos. Aliándose hasta con el diablo, del sur o del norte, para llevar a cabo la sistemática expoliación que ha sido la vida peruana desde 1821.
Perdieron guerras porque jamás combatieron con honra sino empujaron a pelear a otros. Ayer eran los terratenientes, hoy son los tecnócratas cuya mejor habilidad consiste en conceder todo lo que puedan, empeñando al país a cualquier régimen que les asegure viajes, patrimonio y liderazgo. ¡Nada ha cambiado!
Y la desverguenza es tan desfachatada que se exhiben en los miedos de comunicación dando sus pareceres muy bien rentados, pretendiendo que sea “opinión”. ¿Ha visto usted que alguno de aquellos declare que representa a la empresa tal o cual? Prefieren llamarse tecnócratas. Alquilados, eso sí.
Básicamente, los conservadores fracasaron porque, por ausencia de sentido nacional y nacionalista, jamás comprendieron que el peruano genuino no es el impostado sino el que está en la tierra, en el Ande, en la fragorosa lucha diaria contra la naturaleza en un país de mil y un geografías.
Nunca entendieron los conservadores que la educación era –y es- la gran llave para abrir las compuertas de la creatividad de un pueblo que disciplinado, es capaz de ganar todas sus contiendas. ¡He allí el gran divorcio de los conservadores con el Perú profundo!
¿Es desarrollo regalar el país para que todo siga como esté sin más hospitales, universidades, cuadros políticos o técnicos con apego a la tierra en un mundo globalizado que no anula las individualidades sino reta mucho más aún a seguir peleando por un lugar en la competencia? ¡Pamplinas!
Conviene al país tener un ala conservadora o moderada para que defienda sus puntos de vista. Pero primero tienen que ponerse de acuerdo para suprimir ese falso orgullo del cual quieren jactarse como promotores de una inversión que llega por inercia porque así es el capital.
Luego que procuren convencer con ideas al pueblo para que le dé sus votos. Su pasivo es muy grande: son los que crearon esta republiqueta y este mamarracho de país. Y son, además, sus más célebres personeros, los grandes estafadores, ladrones y criminales de la historia del Perú.
En momentos grises de cuasi oscuridad tenebrosa, la grotesca ausencia de los partidos políticos termina de arruinar la gran debacle nacional. Hay clubes electorales en que bufones, repitentes, mediocres, ya han sacado las garras para tentar diputaciones y senadurías.
El precarísimo recinto en la Plaza Bolívar, con sus 130 integrantes abominados por el 95% de la sociedad, aprobó que las empresas puedan contribuir con aportes a los “partidos”. O sea en castellano, la feria de compra y venta ha sido legalizada.
El narco Estado, como así definen al Perú, estudiosos serios, muestra todas las facetas de descomposición que legitiman que a río revuelto, ganancia de pescadores. ¡Cuánto más terror y asesinatos, los mafiosos imponen su ley de plomo y muerte!
¿Cómo se entiende el silencio y mudez de millones a quienes pareciera interesar tan solo lo suyo y el resto que se muera? ¡Más abajo ya no se puede caer, Perú hace rato que tocó fondo!
Y la cereza del pastel la da la señora Boluarte que consiguió autorización para viajar a Europa a un foro económico. ¿No sabe el abrumador repudio que concita su gobierno?