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¡Miopes sociales a granel!

¡Miopes sociales a granel!

Publicado: hace 9 horas


Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

22-2-2025

¡Miopes sociales a granel!


Abundan por doquier e infestan el aparato público y privado de la nación. Los burócratas ríen con rostro docto en su cuarto de hora de gloria. Muchos, la mayoría que se encontró sin saber leer ni escribir, el puesto, se solaza en la efímera cumbre muy bien remunerada.

Para los miopes sociales, la máxima fundamental se refugia en un mal tasado costo-beneficio, entendiendo cuánto pueden llevarse al bolsillo sin mayor esfuerzo y cuánto pueden no pagar por el servicio o trabajo que exigen o encargan. Es más: si el asunto discurre sin pago ¡enhorabuena!

¿Cuántas iniciativas, proyectos, esperanzas, planes, se quedaron en el tintero y en garrulería a secas, porque quien debió haber invertido quería volverse millonario u obtener resultados de inmediato?

Perú es el compendio de las buenas iniciativas. Aquí sobran los análisis, las exégesis. Las ideas-fuerza reinan a nivel teórico. Material humano existe. Operadores, honestos, entusiastas, con ciencia y concientes de cuanto da su propia inteligencia, están sujetos a la “buena voluntad” de quienes mal entienden el éxito.

Lo antedicho es “éxito”, si da réditos velocísimos para quienes ponen el billete. Y es fracaso si no es así. Lo maniqueo del asunto es que considera a los gestores como simples idiotas sin facturas que pagar, alimentos que ingerir u obligaciones que honrar, celulares o teléfonos que mantener con línea abierta.

Un amigo contaba cómo es que algunos empresarios le han encomendado tareas interesantes pero refiere que le exigen resultados pero ¡jamás! inquieren si él goza de salud, tiene sus cuentas pagadas o trabaja contento.

No sólo le pagan con desorden, mañana-tarde-nunca, sino que jamás aprecian sus ideas y desarrollos adquiridos en casi tres decenios de ejercicio cristalino y valiente por luchar contra los molinos de viento.

Y para más reír, el colega afirma que Internet no se puede comer y tampoco produce dinero aún para honrar pendientes. Este tema acontece a miles de hombres y mujeres, operadores empresariales, políticos y periodísticos, que son hábiles transmisores de ideas e iniciativas, pero padecen del ostracismo de quienes, miopes sociales hasta la médula, no les tratan como humanos sino como guarismos y máquinas productoras de “soluciones”.

Los operadores independientes también luchan, a su modo, contra el status quo. Son vendedores de intangibles y ambulantes de su propia inteligencia. Pero, sobre todas las cosas, hombres y mujeres, respetables y dignos. ¡A ellos, un homenaje cordial y muy merecido! ¡Y para los miopes sociales, el más absoluto desdén!

Los miopes sociales, de aquí o acullá, ¡son de mamey!, llegan a creerse que la casualidad es permanente. Así, puestos episódicos causan atrofia cerebral que estupidiza totalmente. Los miopes sociales compran favores en la prensa, pagando esbirros ad hoc y gozan de efímera cobertura periodística porque es inevitable.

No entienden que, una vez en el llano, vuelven a ser mortales comunes y silvestres y, para colmo, en el ojo de la mira pública que no tendrá la más mínima contemplación para encontrar fallas en su desempeño.

A muchos miopes sociales, la palabra revolución asusta. Y hay enorme superchería en su significado y también en su horizonte. Revolución implica cambio y mutación. Y siempre para adelante, en términos de desarrollo social de pan y libertad.

Lo opuesto será involución y estancamiento anacrónico aunque se lo disfrace con castillos ideológicos hoy en absoluto descrédito.

La canícula per se adocena cabezas e impide el crimen de pensar rompiendo el pacto infame y tácito de hablar a media voz. El peruano lee titulares en puestos de periódicos e “interpreta” la realidad a través de no pocos adefesios mal escritos.

Lo propio ocurre con las radioemisoras y canales televisivos. Si pudiéramos, aguzando la imaginación, estrujarles: empaparíamos extensas áreas con la sangre de sus violaciones, crímenes, asaltos y balaceras.

¿Puede un país construirse sobre las fragílisimas bases del morbo y la imbecilidad masivas? ¿Es Perú un país integrado o un archipiélago multicolor y disímil de colectivos humanos? ¿Qué tiene en común un hombre o mujer de Talara con su prójimo de Puno o Zepita?

¿O el de Iquitos con alguien de Espinar? La riqueza nacional en biodiversidad y recursos naturales es, paradoja indigesta, su maldición sempiterna: sólo minorías aprovecharon abusivamente de estos filones rentables.

¿Podían, entonces, los subproductos de esta perversa realidad, los miopes sociales, escapar a su mala formación?

Casi imposible negar que de tales oscurantismos hemos llegado a tener una de las élites más ineptas en la política, palurdos convertidos en intelectuales por pandillas de hueleguisos –todos pagados- y la carencia de científicos en todo orden nos aproxima al filo de ser un conjunto inorgánico, sólo capaz de vivir en la negación contumaz y en la envidia que todo lo pudre y envilece.

Aquí abunda la miopía social de energúmenos, de gorilas politicantes..


Escrito por

herbertmujicarojas

¿Será lícito describirse uno mismo? Al servicio y consagración de las causas populares. Nada hay más importante que procurar la victoria de los ideales que pasan por un Perú libre, justo y culto.


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