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¡Cancerosa violencia que toma vida propia!

¡Cancerosa violencia que toma vida propia!

Publicado: hace 5 horas


Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

13-3-2025

¡Cancerosa violencia que toma vida propia!


El prestigioso periodista chileno Daniel Matamala, en su libro Distancia social, escribe párrafos de indispensable lectura en Perú. Las similitudes son notables así como las consecuencias de males que atenazan a nuestras sociedades.

Leamos.

“Todos estos conflictos tuvieron su origen en una sociedad que cayó en la trampa de legitimar la violencia, primero porque había un crimen que vengar y una rabia que expresar; luego porque había un enemigo subversivo al que enfrentar o una sociedad mejor que implantar, y también porque había un jugoso negocio que aprovechar.”

“Pero la violencia no es una llave; es una criatura de Frankenstein que toma vida propia, que deja de ser un instrumento y se convierte en un fin en sí mismo. La violencia es una forma de vida que pervive luego que su causa original se extingue”.

“Hace tiempo que las barras bravas subyugan barrios completos, dominan por el terror el entorno de los estadios de fútbol, someten por el miedo a deportistas e hinchas y secuestran el transporte público.

Nada de eso habría sido posible sin su relación de mutua conveniencia con actores del poder que han aprovechado a los barristas como punteros de campañas políticas y aliados comerciales”.

“No debemos elegir entre mano dura y mano blanda, entre tolerar el vandalismo o violar los derechos humanos. Lo que necesitamos para frenar la violencia es un Estado eficiente en proveer seguridad, y eso no se consigue gaseando familias completas, abusando de detenidos ni mutilando a manifestantes. Ese descontrol policial solo logra que ciudadanos pacíficos vean a los agentes del Estado como una amenaza y no como garantes de la seguridad de todos. Y, de nuevo, sirve a los vándalos para ganar legitimidad como reacción a estos abusos”, pp. 45-46-47, La violencia; Distancia social, Santiago de Chile, Catalonia, Periodismo UDP, 2021.

La aguda percepción del periodista sureño con respecto a la realidad de su país, puede ser leída, sin enmiendas ni modificaciones, tal cual están escritas, para lo que pasa en Perú, de sur a norte, de oeste al este.

El fenómeno violentista en Perú ha tenido facetas criminales que jamás fueron opción revolucionaria ni avanzada principista de ninguna especie. Las decenas de miles de muertos en todo el país, campesinos, gente pobre sin mayor riqueza, los atentados dinamiteros del terrorismo, fueron un sufrimiento atroz para todos aquellos que recordamos cómo ocurrió y el doloroso saldo de ciudadanos caídos.

Los más jóvenes no saben, ni conocieron, cómo se andaba en aquellos tiempos, con luces prendidas en los vehículos, con salvoconductos que no importaban un ardite a los soldados que primero disparaban, presos del miedo y luego indagaban por la identidad o el terror de estar cerca de alguna bomba y su letal consiguiente explosión.

La violencia sólo despertó a Lima, esa capital dormida y que mira por sobre el hombro a los que son del interior, cuando la explosión de Miraflores que “reveló” que el terrorismo no distinguía a la hora de noticiar su macabra presencia.

¿Fue aniquilado el terrorismo violentista? La respuesta es sí. Ergo, ¿es lícito afirmar que aquellos desmanes no tienen hoy vigencia en el Perú contemporáneo? ¡De ninguna manera!

Son más de 60 los caídos a balazo militar e injustificado luego que Pedro Castillo fuera depuesto del gobierno ese 7 de diciembre y los fallecidos ¡no estaban armados, no pertenecían a células de aniquilación ni eran terroristas o cualquier cosa por el estilo!

Otra forma de violencia, la del Estado, es cuando ningún juicio que denunció a los victimarios, progresa o da luces sobre algún esclarecimiento. ¡Ni un detenido y menos cuestionados los altos mandos que ordenaron esas absurdas masacres de peruanos!

¿Es la única violencia supérstite? ¡Tampoco! Conozco otra clase de violencia, más formal, arropada en disfraces de leyes y códigos penales, pero igual de criminal que la otra de dinamita y a traición.

Cuando el periodista denuncia lo que a su juicio son claudicaciones del Estado en favor de empresas tramposas, plenas de la asesoría de abogángsteres que se hacen llamar estudios y cuyos alfiles se pasean orondos y soberbios en tribunales y despachos judiciales, es denunciado y perseguido, en lo civil y en lo penal.

¿No es ese otro modo de silenciar el esfuerzo libérrimo con apego a la veracidad de los documentos y los sucesos y que hacen los hombres de prensa para quienes atacar al poder, porque el gobierno lo tiene cualquiera, es una obligación indeclinable?

Otra violencia más: el silencio cómplice. Como los monitos de la caricatura, nadie ve, no se oye, no se habla. Y la grandilocuencia tan robusta para la creación de artilugios y monsergas mentirosas, no se traslada cuando las persecuciones se hacen patética muestra del barro con que se muestra la sociedad en sus “prohombres e ilustres”.

¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!


Escrito por

herbertmujicarojas

¿Será lícito describirse uno mismo? Al servicio y consagración de las causas populares. Nada hay más importante que procurar la victoria de los ideales que pasan por un Perú libre, justo y culto.


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herbertmujicarojas

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