Crimen de Atúncar, sin investigación ni castigo
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
20-3-2025
Crimen de Atúncar, sin investigación ni castigo
Falta poco para cumplirse medio año del brutal atropello de que fue víctima mortal la luchadora social Gloria Atúncar Yrribari, el 26-9-2024.
El macabro hecho de sangre ocurrió durante el primero de los paros del transporte. Gloria fue embestida cerca del mediodía, ese 26 de setiembre y a plena luz cuando protestaba al lado de muchas personas ante el Palacio de Justicia, demandando juicio justo para el depuesto presidente Pedro Castillo.
Importante señalar que los abaleamientos, crímenes selectivos, ajuste de cuentas por extorsiones o asaltos violentos, ya han producido centenas de fallecimientos y hasta podría costar la cabeza en el portafolio del titular del Interior de cuya ineficacia no hay la más mínima duda.
Pero el hecho del “atropello” de necesidad mortal de Gloria Atúncar es un asunto con todos los contornos de un suceso perverso que ¡tampoco! gatilla una investigación exhaustiva, la identificación de los responsables y el consiguiente castigo para aquellos.
Resulta patético que el crimen se cometiera delante de decenas de policías y en pleno Paseo de la República. Esta es una de las avenidas que tiene más tráfico lento en Lima, pues todos los autos que deben entrar al centro capitalino deben pasar por ella disminuyendo drásticamente su velocidad.
En medio de dicha calle hay un extenso paseo peatonal que es el espacio más usado por los jóvenes para ensayar diariamente toda clase de bailes y nunca hay accidentes.
El caso de Gloria no ha motivado mayor investigación. Gloria era adherente de Castillo y acaso, para bárbaros asesinos, esa sea una “razón” que silencie todo cuanto acontezca respecto de este atropello y posterior muerte.
Otros castillistas, según testimonios personales, también han sido sospechosamente víctimas de accidentes viales, tales como Alberto Yucra (quien se rompió la cabeza al caer a un precipicio), la abogada Giuliana Bustamante y la activista feminista Mary Ramírez "la revoltosa" (quien falleció en una carretera del Cusco el 22 de diciembre).
En lo que va del 2025, han sido asesinados unos 450 peruanos. En la lista fatídica están Gastón Medina, director de Cadena Sur TV, Nilo Burga, dueño de "Frigoinka" (asociado al portavoz de la presidencia y sumergido en escándalos), el excongresista Oscar Medelius y el empresario Juan Huidobro.
La CGTP, en su comunicado del 7 de marzo, denunció que su secretario de Defensa-Piura, Jorge Antonio Otera Rentería, fue muerto a tiros al frente de su casa. Con él, ya son 25 dirigentes de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP) que han sido asesinados. Su rival, la Confederación Nacional de Trabajadores de Construcción Civil (Conatracc), también denuncia haber tenido similar número de dirigentes ejecutados extrajudicialmente.
Solo tras que ha sido baleado un grupo de cumbia, los que buscan los votos de los amantes de la rumba de cara a las elecciones de abril 2026, han decidido pedir la cabeza del ministro del Interior.
El crimen selectivo pareciera haber puesto en la mira a conjuntos que con su arte o exposición, generan dinero y que por tanto, son asaltables o víctimas potenciales. La cultura del homicidio gana terreno en las pandillas cuya eficacia se ve facilitada por la inacción de la policía, ineficacia o inexistencia.
El crimen selectivo es el asesinato de personas específicas con un objetivo político. Se puede cometer en el contexto de acciones bélicas o como parte de una política de violencia contra civiles.
La frase "asesinato selectivo" hace referencia al asesinato premeditado de un individuo objetivo, cometido por una organización o institución estatal, por fuera de procedimientos jurídicos o del campo de batalla.
No obstante, casos como los de más de un centenar de luchadores sociales muertos por disparos, golpes o accidentes, siguen sin resolverse.
Al margen de banderías ideológicas o partidarias, la muerte de ciudadanos es un hecho reprobable, más aún si los “objetivos” son activistas de derechos humanos o identificados en actividades pro bienestar de sus poblaciones.
Atúncar era una activista entusiasta y muy reconocida. Que hoy exista anémica disposición para esclarecer su crimen deja entrever la acción de mentes diabólicas que quisieran sumir a los dirigentes sociales en un deplorable clima de violencia sin límites y asesinatos impunes.
Seguiremos informando.