¡Servicio Obligatorio en Fronteras!
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
29-4-2025
¡Servicio Obligatorio en Fronteras!
Cada vez que los peruanos, incluidas las autoridades policiales, de las FFAA, de la Cancillería, de los gobiernos regionales, administraciones municipales y distritales y de todo el robusto aparato estatal, nos olvidamos de las fronteras, las bandas delictivas y narcotraficantes, celebran sus triunfos ¡sin que les cueste un centavo!
Las coyunturas limítrofes que en cinco fronteras Perú posee con numerosas sucursales oficiales y creadas clandestinamente, son puertas abiertas de par en par a toda clase de tropelías, la mayor parte en el tenebroso mundo del delito y el crimen impune.
Nótese que la torpeza genética que anida en los miserables líderes de los clubes electorales, alias partidos políticos, no estudia, investiga u observa con ojos escrutadores la sangría que significan las fronteras desatendidas durante más de siglo y medio y parcialmente los otros 70 años de vida republicana.
Hagamos la salvedad que los trogloditas adalides de los clubes electorales siempre tientan la bolsa sucia de los que han hecho de las fronteras, feraces madrigueras del negocio ilícito. Pero, como son tan ociosos, la moda desde hace por lo menos cuatro lustros, es que las gavillas financien campañas y tengan sus títeres sumisos como parlamentarios.
¡Un país desarmado, no es un remanso de paz, un país desarmado (como Perú), es una presa apetecible!
Dirá el improvisado: “si tenemos paz, ya no hay guerras ni problemas de límites del Perú con todos los otros países”. Responderá el estudioso: cuando las otras naciones, con estímulos económicos y tributarios, captan al médico, profesional o altamente calificado y le invita a trabajar en su país, Perú pierde al elemento útil y todo lo que invirtió en aquél.
¿A dónde llevan a sus hijos (al menos en este caso específico) a estudiar, primaria y secundaria, los conciudadanos que tienen hijos escolares?: ¡Al Brasil! Y se produce el fenómeno que esos infantes hablen mejor portugués que castellano y miren con más aprecio otra bandera que la nuestra blanca y roja.
¿Sólo en educación? Nada más inexacto. Salud, urbanismo, policial, espacios todos que deben ser provistos por un Estado eficiente y que compatriotas encuentran caminando y cruzando pocos metros frontera afuera.
Por lo menos desde hace veinte años Cancillería impulsó la instalación de oficinas descentralizadas, habida cuenta de las distancias hacia Lima, mejor atender al usuario in situ. ¡Eso está muy bien!
Numerosas crónicas dan detalle prolijo de en qué sitios fronterizos gobierna determinada pandilla de narcotraficantes y a qué nacionalidad pertenecen. Testimonios dan cuenta de cómo la justicia, a balazo limpio, reina y quien se salga de la línea, cae abatido. ¿No debía estar la PNP, y las FFAA custodiando y protegiendo las fronteras?
Algunas veces se planteó la política de fronteras vivas y como somos el país de la ebullición rápida, la idea hirvió, calentó el debate y luego se enfrió. Los que no bajaron la guardia, para nada, han sido las bandas que asesinan con nombre y apellido, mandan más que coroneles y generales y son “fronteras vivas de drogas y putrefacción social”.
¿Son nuestros puestos fronterizos, complejos premunidos de armamento, herramientas y todo el material logístico para combatir a los narcos, al frío, a la oscuridad y orientar debidamente a los compatricios? Relatos hay que narran una pobreza material indecorosa.
En lugar de constituir las fronteras, bisagras de integración, de ida y de vuelta, representan otra forma de fuga de talentos y una niñez que aprende otra historia y otro idioma, olvidando lo nuestro y cuando mayores, no les será difícil acudir al llamado foráneo con mejor sueldo y condiciones de vivienda.
Entonces, motivos, por historia, sobran para comprender que el capítulo de los límites no se confina tan solo a los hitos que la marcan. Se refiere al elemento vector, al ciudadano que va desde y hacia, transportando consigo cultura, costumbres, capacitación, modus operandi, idioma, música, tradiciones. Integración es una palabra obligatoria pero la sumisión es antieconómica y socava el propósito de los fondos del pueblo.
De manera que a los que juegan a políticos y que se insultan, escarnecen y obsequian toda clase de denuestos, hay que hacerlos reflexionar para que sean menos bobos y absolutamente productivos.
Debiera instalarse un Servicio Obligatorio en Fronteras para que así estos goznes sociales internacionales representen una fuente de sabiduría y un contacto invalorable de cómo piensan y actúan los ciudadanos en los bordes limítrofes.
De pasada y como objetivo urgente: el combate a muerte al narcotráfico.
Previsible será encontrar mucha oposición a lo antedicho. Muchos viven del dinero sucio que esta actividad corrupta produce a raudales. Y de manera “fácil”, también.