¿Pueden mascar chicle y subir escaleras al mismo tiempo?
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
12-5-2025
¿Pueden mascar chicle y subir escaleras al mismo tiempo?
Como habrá adivinado el lector, la urticante y directa pregunta va enderezada a los políticos actuales, a los que vuelven de su estación permanente de muertos vivientes y a los aspirantes a legisladores, ahora que hay doble capilla: diputados y senadores.
¿Podrán estos ciudadanos de sueldo en fecha fija, brigadas de secretarias y batallones de asesores, protocolos de saludo, chofer y gasolina y pasajes gratis, mascar chicle y subir escaleras al mismo tiempo? ¿Y sin mostrar los típicos rasgos de surmenage?
Surmenage: palabra francesa que significa "sobrecarga" o "agotamiento excesivo". En español, se traduce como "síndrome de fatiga crónica" o "síndrome de desgaste profesional", y se refiere a un estado de agotamiento físico y mental que se produce por sobrecarga laboral, estrés o falta de descanso.
Infiérese que en cualquier caso es el trabajo constante lo que produce agotamiento. El caso peruano es único en el mundo, ineptos y ciegos para cualquier clase de construcción cívica o política de importancia, padecen de surmenage ¡por no hacer nada!
¿Cómo se concilian ambas circunstancias: no hacer nada y padecer fatiga de lo que no se hace? ¿Podrían subir escaleras y mascar chicle al mismo tiempo sin un surmenage agudo?
Algún tiempo atrás sostuvimos en ¡Pamplinas, nuestros políticos! https://bit.ly/3N8a6KU, 19-6-2022:
“¡Honor al mérito! Nuestros políticos destacan por su profunda miopía e incontinencia cuando de dar “opiniones” se trata. Hablan porque tienen lengua y la hemorragia produce esperpentos a cual peor que, como no podía ser de otro modo, los brutos reputan como “análisis” y cierta prensa, igual de adocenada y cuasi ciega, celebra con alborozo estrambótico.
Frente a las medidas de nuevo confinamiento ¡no hay una sola iniciativa de futuro! Todos zahieren al presidente, a sus ministros, a su gobierno y hay bárbaros que hasta le llaman “comunista” o sandeces por el estilo porque “ven” debajo de cada piedra a un terrorista o subversivo.
El grave problema de nuestros políticos desde hace más de 40 años es que son ineptos para proyectar un país vivible por los próximos 50 ó 70 años. Son lenguaraces y producen indigestiones cerebrales capaces de enredar una telaraña. Ciertamente tampoco son muy entendidos en el análisis de los grandes temas de la agenda nacional.
Un tema urticante pero que poco o nada concita atención.
¿Cuántos políticos se preocupan por la soberanía de los cielos peruanos hoy cuasi obsequiados por el gobierno de Alan García (2011) a Latam (antes Lan Chile)? Ni siquiera pueden definir lo que son quintas libertades y los segmentos concedidos en absoluta desigualdad a la aerolínea foránea. Y hoy en el 2022 sigue la indefinición si es un asunto de soberanía a contemplar por Cancillería y el gobierno o un vulgar tema comercial como dice la Corte Suprema”.
“¿Conocen Perú nuestros políticos? Más allá de uno que otro barrio y metropolitano, la mayor cantidad de personajes que se hacen llamar políticos, son burros en entender que Perú no sólo tiene solo Costa, Sierra y Montaña sino que debiera considerar los cielos y el Mar de Grau como 4ta y 5ta región a defender y honrar. Es la pentadimensionalidad del Perú.
¿Qué sí saben? Es cierto que no todos, pero un 95% sí practica la estafa de la fe del pueblo; tráfico de influencias; mal uso de la información del Estado y hoy pueden ser parlamentarios y mañana pelearán desde la gerencia de alguna multinacional, la famosa puerta giratoria. Y todo sin pizca de rubor o vergüenza mínima.
Más que un país, somos una caricatura informe, desproporcionada, inmóvil al cambio pero proclive a elegir rateros y pícaros en los puestos más importantes. ¿Cómo puede entenderse que todos los ex presidentes tengan cuentas por saldar con la justicia? Uno de ellos se metió un tiro porque barruntaba que los grilletes se le acercaban peligrosamente”. Ibid.
Un examen obligatorio debiera consistir en que los legiferantes sean sometidos a un examen de mascar chicle y subir escaleras al mismo tiempo y no pasar por episodios de surmenage. ¡Aunque nos quedemos sin legisladores!
Ningún país ni su sociedad debe padecer la tortura de tener entre sus gobernantes o hacedores de leyes, a débiles mentales, usureros cargados de hambruna dineraria o rufianes a quienes el patriotismo nada importa.
El desdén por el derecho de las mayorías a edificar un Perú libre, justo, culto y digno, no debe estar en ningún escalafón de mando, ni ahora ni nunca y si hay que emplear cirugías delicadas esas serán herramientas de las nuevas generaciones para limpiar al país.