Se nos fue Alberto Núñez Borja
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
30-5-2025
Se nos fue Alberto Núñez Borja
El miércoles 28 tomé conocimiento y sumo pesar, que mi amigo, colega periodista, cantante y crítico gonzalezpradiano, arequipeño y por eso de energía volcánica, Alberto Núñez Borja, había fallecido. Su hija fue la fraternal transmisora del triste suceso.
Poquísimos días atrás charlé con Alberto y comentábamos acerca del abuso de algunas empresas internacionales de las que esperábamos tener más información para pronunciarnos en protesta y denuncia frontales vía la radio y las redes sociales. La conversación pactó actitudes y bemoles.
Núñez Borja era rápido y no pocas veces usaba el teléfono, marcaba mi número y en plena transmisión me enteraba que estaba en vivo en su programa en Radio Líder de la Ciudad Blanca. Preguntaba al detalle y exigía respuestas, sus repreguntas eran insistentes. Por tanto había que estar preparado.
A principios de los años 2000 en Arequipa se producían las primeras protestas contra el llamado Sodalicio de Vida Cristiana y la lucha la lideraba el médico oculista Héctor Guillén Tamayo, a quien atacaron con ferocidad los integrantes de esa organización criminal.
Otro amigo arequipeño, Fernando Gerdt, conocía a los sodálites de cerca y también colaboraba con los denodados esfuerzos de Guillén.
Gracias a la influencia, a mis continuos viajes a Arequipa y a la generosa amistad que estos ciudadanos me dispensaron cordialmente, tomé contacto con Alberto Núñez Borja quien, después de tres minutos de charla, me llevó ante cámaras a su programa televisivo.
Desde esos meses del 2000 hasta la fecha, un cuarto de siglo, los intercambios, muchos polémicos con Núñez Borja, fueron enriquecedores y noticiosos. La defensa del Mar de Grau y contra los fanáticos de la adhesión peruana a la Convención del Mar de Naciones Unidas fue uno de los temas más tratados por el desaparecido colega.
En otra ocasión llegamos a Arequipa con el ingeniero Carlos Repetto Grand, ex director de Petroperú representando a los trabajadores y defensor, de los primeros, del gasoducto del sur, el aprovechamiento de Camisea y la industrialización energética en esa importante zona.
La conexión y empatía de Núñez Borja con Repetto, amén del tema, personal y combativa de los dos, produjo una entrevista muy rica y detallada de la materia que los intereses creados en cambalaches de menor monta pero muy rentables, opacaron entonces.
En Lima dirigíamos el diario Dignidad, publicación en que tuve el privilegio de tener como subdirector a Raúl Wiener Fresco, hicimos una edición especial en torno al sodalicio y sus tropelías, por esas fechas tempranas, casi incuestionadas y que hicimos circular profusamente en Arequipa.
Ciertamente, Alberto Núñez dedicaba mañanas enteras a propalar estas buenas nuevas que empezaban a diseñar un magnífico justo reclamo que siguieron otros refiriéndose a la secta sodalicios, hoy cancelados y plenos en pésima fama por sus taras y delitos por el papa Francisco.
Como es de verse, el radio de acción de Alberto Núñez encontró en otros paisanos valiosos eco y liderazgo en Arequipa. Con Gerdt estuvimos en las oficinas del Gobierno Regional. Con Guillén tomando contacto con instituciones, siempre recabando información y atentos a la lucha que ya era feroz.
El sodalicio en complicidad con un banco, enajenó una propiedad en Yanahuara a Fernando Gerdt, consumando un abuso atroz que dañó la salud personal y económica de Fernando.
En otro viaje familiar, visité a Alberto y desde Radio Líder nos hizo hablar a todos, la entrevista fue muy cordial y plena en anécdotas, más bien alejada del clima sempiterno de polémica que tenía su espacio al aire.
Por años enviaba saludos a Alberto con gente y amigos que viajaban a Arequipa con la insinuación que pudiera entrevistarlos para el mejor éxito de las misiones por las que iban a Arequipa. Casi siempre fueron atendidos, salvo cuando Núñez estuvo de viaje.
La vena política de Arequipa le era muy conocida a Alberto. Su padre, Núñez Borja, había sido de los primeros integrantes de lo que en 1944 se forjó desde Arequipa a todo el país: el Frente Democrático Nacional que luego lanzó la candidatura de José Luis Bustamante y Rivero que en las justas de 1945, dobló la cantidad de votos del candidato derechista Eloy Ureta.
En otra oportunidad, me llevó a su oficina en Yanahuara y agarró su guitarra y empezó adentrándose en los caminos de El arriero del célebre argentino Atahualpa Yupanqui. Y como no le quito el cuerpo al canto, unimos nuestra potentes voces:
Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas.
Logré -y él siempre lo subrayó- forjar una amistad férrea con Alberto. Las noticias, el avatar cotidiano de una república en estado de conmoción permanente, sus recuerdos juveniles y familiares, su recorrido en Latinoamérica y Europa, su sehr gut Deutsch en que me hablaba a veces con mi infaltable respuesta: nicht verstanden!, hacen de este adiós un emotivo alto en el camino.
Ciertamente, esta pena de haber perdido a un magnífico amigo como Alberto, es mía. Aunque sus memorables luchas contra el poder inmenso de empresas internacionales no le arredraba ni en lo más mínimo, sí que faltará su voz bronca, pronunciación enérgica y la tonada arequipeña con que arropaba sus discursos.
¡Alberto descansa en paz!