¡Enanos políticos no piensan en unidad!
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
13-6-2025
¡Enanos políticos no piensan en unidad!
Nuestros políticos, en alto porcentaje de casi 90%, carecen de horizonte, se refocilan diciendo naderías y exhiben comportamientos impúdicos que no sobrepasan el 1.20 metro, de los personajes originales.
¡Por cierto, una pregunta fundamental! ¿Ha escuchado en esta feria de vanidades que algún club electoral -alias partido político- haya hablado de unidad contra los grupos retardatarios, conservadores, de rancia y vulgar derecha que son los que gobiernan al Perú? La respuesta es inequívoca: ¡a ninguno!
A diestra y siniestra las ambiciones angurrientas de unos y otros consiste en llegar a ser diputados o senadores, ocupar un escaño, tener prensa gratuita que pregunta cualquier bobada o repica majaderías de algún “padre de la Patria”.
Cualquier bagre cree en su onanismo reiterado que es un líder a quien las masas seguirán con su voto en primera o segunda vuelta. La fantasía no puede ser más ridícula, dirigentitos que no son conocidos ni en la cuadra en que viven, prometen y comprometen lo que no manejan ni hoy ¡ni en mil años!
La psicoterapeuta Isabel Peña Rodríguez, en el artículo que ha dedicado al tema Perú, país sin líderes https://ipenar.wixsite.com/alertaensaludmental/post/agenda-p%C3%BAblica-2 sostiene:
“Decir que el Perú es un país sin líderes no es un acto de desesperanza, sino de diagnóstico. Desde hace décadas, asistimos a un desfile de figuras improvisadas, de oportunistas sin doctrina ni amor por el pueblo. Presidentes que no gobernaron, ministros que no supieron, congresistas que no representaron. El país está siendo llevado por las aguas turbias de la inercia y la ambición personal.
El símbolo más claro de esta decadencia son los propios expresidentes de la República: uno en la cárcel, otro en fuga, otros bajo investigación. Un espectáculo vergonzoso que el pueblo no merece.
Hoy, cuando el Perú se fragmenta socialmente, cuando el centralismo y el abandono se perpetúan, cuando los jóvenes sienten que no hay futuro y los viejos pierden la esperanza, más que nunca hace falta doctrina. Hace falta volver a hablar de Estado, de justicia social y pan con libertad. Hace falta un nuevo liderazgo, pero no uno improvisado o mediático, sino uno con formación, con historia y con mística. Los verdaderos líderes nacen del compromiso con el pueblo y del estudio riguroso de la realidad.”
Los pigmeos políticos no piensan en unidad. La zafia miopía de que son dueños, les impide comprender que la tarea no es sencilla. ¡Más allá de soberbias y vanidades, hay un deber de trabajo político, de elector en elector, a lo largo y ancho del Perú!
¿De qué otro modo pretenden desalojar a las momias que gobiernan desde todos los ministerios, organismos reguladores, empresas público-estatales, etc? Escoger a quien gane en la segunda vuelta pero que igual muestre un angustioso y muy raquítico respaldo popular genuino, es otra raya más al tigre. Importa poco que el felino esté flaco y desnutrido, para el réprobo, su interés personal es más “importante”.
¿Quiénes piensan en la soberanía nacional fundamentada en la soberanía popular que el pueblo llano ejerce vía el voto o consultas específicas como el referéndum sobre temas inabdicables para el ejercicio de la voluntad ciudadana?
¡He allí un divorcio patético! Los enanos políticos “piensan” con egoísmo mayestático absolutamente inverso a su estatura física y espiritual. Son enanos y díscolos, el “éxito” consiste en qué logran para sí y sus tribus portátiles. Pero el pueblo mayoritario, el que trabaja largas horas por salarios magros y ni siquiera piensa en un proyecto de vida, ¡ese no le importa!
Como esa culposa realidad es irrefutable, los clubes electorales, carecen de respaldo masivo, popular, de festiva militancia preñada de alegría, cánticos, colectiva acción edificante de un futuro y porvenir por un Perú libre, justo y culto como dijo Haya de la Torre en su mensaje ante la Asamblea Constituyente el 28 de julio de 1978.
La democracia electoral, disfrazada de virtudes aparentes, impulsa la dispersión de votos, la enajenación de los grandes temas de la agenda nacional para que discutan los “técnicos” que suelen -casi siempre- vender sus talentos al mejor postor. Hoy dirán blanco, con más partida dineraria, mañana dirán negro.
Esa democracia con un Congreso además de mediocre, sin luces permanentes y perenne cerrazón a la inteligencia, habilitó la reelección inmediata y restauró el Senado. Y la cantinela de que eso promueve mejor “análisis” no resiste el más mínimo análisis.
Si enanos políticos quieren repetir el plato de manera directa -ellos- o sus parientes o testaferros, para hacer más de lo que hoy tenemos, Perú como país está condenado y seguirá siendo una presa apetecible con cinco fronteras, todas horadadas según cuenta la historia y pasible de firmar todos los tratados que abran las puertas de par en par y la venta en porciones baratas del país entero.
¡He allí el intríngulis: o unidad política para pelear el voto y ganar el 2026 o que siga la tómbola a ver quién o quiénes logran la suerte que sus angurrias pigmeas anhelan ver convertidas en realidad contante y sonante!
Cierto, faltan líderes, es hora que los viejos se vayan a la tumba y que los jóvenes tomen el relevo para hacer una gran nación libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa.