ya acabó su novela

Tartufos construyen ineptitud

Tartufos construyen ineptitud

Publicado: hace 5 horas


Informe

Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas

8-7-2025

Tartufos construyen ineptitud


La sociedad tartufa peruana (hipócrita y falsa) que idolatra la mentira, la construye con acendrada vocación falsaria, no se ha preguntado ni cuestionado ¿hasta cuándo la farsa “construye” al Perú.

¿Han, los historiadores, organizado el margesí de mentiras que integran demasiados capítulos de la llamada historia del Perú? ¿Cuántos sinverguenzas, ladrones genuinos y perversos de alma y acción, han pasado a formar parte de la iconografía que parte de la odiosa premisa: no hay muerto malo?

La falta de crítica, incentivada por los miedos de comunicación que alaban, rinden loas y elevan al pedestal de glorias a auténticos buhoneros tartamudos y de nulo intelecto, tienen amplia responsabilidad en este sainete al cual llaman “historia”.

Veamos qué ocurre en otro orden de cosas.

Cada vez que se pretendió democratizar la tributación y que los que tengan más posibilidades den cuotas mayores en impuestos, los grandes lobbyes soltaron a sus perros abogadiles a entrampar las leyes, su reglamento y la efectividad de cualquier cobranza coactiva.

¿Cuántos miles de millones de soles dejan de tributar las grandes empresas que se hacen dar leyes con nombre y apellido? ¿Cuántos hospitales, postas, colegios, clínicas, se dejan de construir por esta estafa legal?

Estado: ¡cuántas fortunas ilícitas hay en tu nombre!

Si los hombres y mujeres públicos, los que viven del impuesto que paga el resto y malgasta la burocracia corrupta, tienen por norma hacer trampa y consagrar esas prácticas como las más “eficientes”, es indudable el porvenir fallado que aguarda al país.

Una de las especies más comunes pero más monstruosas es aquella por la cual, todo debe dejarse como está porque “así es la política”. ¡Como si no hubiéramos tenido damas y varones honestos en el cumplimiento del deber!

¿No hubo un presidente a quien, a cambio de favores dinerarios, le preguntaron “¿cómo es la mía? ¿No fue el que en acto de cobardía se autoeliminó? Los viejos militantes de su partido, conocieron el encierro, el destierro y, por último, el entierro. ¡Qué lejos esos ejemplos!

A no pocos les parece una picardía perdonable que varios ex mandatarios estén requeridos por la justicia penal por robos y estafas. La vergüenza mundial es onerosa. No es ningún consuelo que en otros países ocurra lo mismo. Mal de muchos, consuelo de tontos.

Los partidos políticos –más bien, clubes electorales- de cuya crisis no hay la más mínima duda; las instituciones de todo pelaje y denominación, la Iglesia Católica tan puntillosa en no pagar impuestos y en pretender que Perú le debe gratitud u obediencia, los miedos de comunicación, todos, ominosamente han ocultado el lado oscuro de esta maniobra artera que pone lo falso sobre lo genuino y se enseñan antivalores.

Si la familia es célula fundamental de la sociedad ¡precisamente! ésta está siendo demolida por unos inmorales a quienes el país no importa, pero sí son de capital importancia sus negociados.

Conviene preguntar de frente y sin ambages tartufos: ¿tan bajo estamos cayendo como Estado que se ha perdido todo referente a una estructura valorativa de auto-estima?

Las sociedades tartufas que premian la hipocresía; elevan a tarados a la talla de prohombres o intelectuales sin que lo sean, lastran su existencia, envilecen su presente y su futuro porque acomodan su pasado con memoria selectiva pero, lo que es peor, producen eructos históricos de ínfima calidad.

No parece raro, entonces, que pandillas de necios que viven de dólares foráneos se hayan aupado y creído el papel de formadores de opinión o que políticos ignaros y tímidos, no puedan exigir un comportamiento moral porque simplemente carecen de aquél por gráciles concesiones que otorgan bajo el supuesto muelle que nadie reclama.

La gran estafa protagonizada por miles de diplomados, cuyo único ideal fue vivir bien, no pagar impuestos y creerse el cuento que son “referentes” para el resto que vive mal, sí paga impuestos y recibe sobre sí todas las torpezas y claudicaciones de gobierno tras gobierno.

Los sectarios, mediocres y corruptos (semecos) encontraron en Perú abrigo y aliento, cuando debieron haber sido expulsados por las buenas o por las malas.

¡No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista! Importante no perder de vista que decenas de miles de hombres y mujeres jóvenes, hastiados abandonan Perú para tentar suerte en el extranjero. ¿Cuántos estudiaron en universidades estatales, con el dinero público?

La timba repudiable que es la política peruana, “dirigida” por mediocres insuperables en sus malas artes, reclama la insurgencia de almas limpias y decididas a pulverizar las taras y defectos que envician a las sociedades.

Quienes no medramos de la mermelada que pagan las empresas transnacionales que sufragan a borrachitos sociales o que declinamos los favores compradores de conciencia, tenemos la hermandad espiritual y el compromiso indeclinable con don Manuel González Prada de romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz. Aunque eso moleste, urtique o soliviante las faltriqueras de paniaguados por doquier. Arriba o abajo.


Escrito por

herbertmujicarojas

¿Será lícito describirse uno mismo? Al servicio y consagración de las causas populares. Nada hay más importante que procurar la victoria de los ideales que pasan por un Perú libre, justo y culto.


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